Mónica Cruz es
Su madre es bailarina profesional y su padre director de orquesta. Su vida ha transcurrido entre continuos viajes, sin posibilidad de echar raíces, y añora la estabilidad. Ingresa en la escuela Carmen Arranz por rebeldía contra sus padres, partidarios del conservatorio, y para huir del entorno familiar en Barcelona. Introvertida, altiva a primera vista, es la mejor bailarina del grupo y la más cosmopolita; su vida ajetreada le ha permitido conocer muchos lugares y a mucha gente. Mantiene una relación de amor-odio con la danza; ama bailar, pero rechaza la idea de que su vida se convierta en el mismo continuo ir y venir que han sufrido sus padres. No tiene ni ha tenido nunca problemas económicos.