Momento destacado
La clave de un crimen podría estar en manos del hijo de una diplomática.
Encuentran sin vida a una joven en una casa. Todo apunta a que fue drogada. Su epilepsia, combinada con una sobredosis, le habría causado la muerte.
Vanesa y el inspector Elías sospechan de un estudiante. Al parecer, el hijo de una diplomática estaba con él cuando ocurrieron los hechos. El problema es que los agentes no podrán interrogarlo, ya que la inmunidad diplomática de su madre lo protege.
Aun así, Justine intenta por todos los medios hablar con él y visita a la diplomática para convencerla: "Hay interrogantes que su hijo podría ayudarnos a esclarecer", insiste. Pero la diplomática se mantiene firme: "Le recuerdo la Convención de Viena. Mi hijo no puede declarar como testigo".
Sin embargo, el joven rompe su silencio y le confiesa a la jueza que su amigo es inocente. "No dejaré que acusen a mi amigo de algo que no hizo", afirma delante de su madre.
Le revela a Rameau que su amigo sufre narcolepsia y tiene crisis frecuentes. Aquella noche, tras una crisis especialmente fuerte, lo llevó a casa y se quedó con él para cuidarlo.
Le comenta a Justine que sabía que la fallecida era epiléptica y que el resto de los estudiantes también conocían su enfermedad. Además, le asegura que ella se aprovechaba de ello.
La diplomática teme que su hijo esté encubriendo al principal sospechoso, ya que sentía animadversión hacia la joven fallecida. "No he hecho nada, mamá. Ni yo ni él. Tranquila", le dice a su madre, intentando calmarla. ¿Está diciendo toda la verdad… o está ocultando algo?