Momento destacado
Alguien carga la pistola que tenían que usar los actores para que el disparo de la escena fuera real.
En medio de un rodaje de una película, el director y el actor, que son mejores amigos, discuten: uno quiere repetir la escena y otro no.
La escena en cuestión es una discusión de pareja en la que hay un disparo.
El caso es que en una de las tomas el disparo es real: la pistola contenía munición y el actor cae muerto.
Como siempre dice Raphaelle, las coincidencias no existen, y en este caso van a tener que trabajar entre todos para distinguir lo real de lo falso, y no va a ser fácil. Aunque tanto el director de la película como la inspectora y Fournier estén acostumbrados a moverse en ese margen.
Pero la policía y Astrid detectan unos detalles: el arma de la primera toma y la segunda no es el mismo, y además, Matthie el actor de cine, era tan bueno que no es casi posible distinguir en la grabación cuál era la muerte real y la de ficción, porque ambas parecen igual.
¿Por qué el director supo identificar tan rápido que el disparo era real?
Todo apunta a que fue el propio director quien quito quitarse de en medio al actor, puesto que cambió las pistolas y durmió a su mujer, la actriz protagonista, mientras él hacía el cambio. Sin embargo, en este caso hay que estudiar muy bien qué es real y qué es una simulación.
A lo mejor, nada es lo que parece. Como en el cine.