Momento destacado
La serpiente que mató a la víctima no parece que sea en realidad un reptil, sino alguien de carne y hueso.
Varias dudas surgen en torno a la muerte de una mujer mientras leía en un banco de la calle. Parece que fue envenenada, como si le hubieran inyectado algua sustancia mortal en el cuello con una jeringa.
Los síntomas que presenta el cadáver coinciden con la mordedura de una serpiente de la familia Mamba. Y es más, murió a causa del veneno de una serpiente concreta. Pero no hay mordedura.
La hipótesis que Astrid defiende es la de la aguja envenenada, lanzada con un dardo y proyectada por un arma de largo alcance, aunque lanzar un proyectil diminuto desde tan lejos desafíe las leyes de la física y de la aerodinámica.
Astrid no está segura del todo, pero hay indicios concordantes.
Las investigaciones, además, no están tan lejos de esa teoría. Existe alguien conocido como El Reptil, un asesino profesional con un listado de 54 víctimas, aunque nadie conoce su verdadera identidad. Lo llaman El Reptil porque mata a sus víctimas con veneno de serpiente inyectado a distancia.
Sus crímenes no se han investigado porque pertenece al coto privado del crimen organizado: fue sicario del Clan Saponetti durante 15 años.
Aunque la mujer que murió no parece tener relación con el Clan Saponetti, descubren que posee una identidad falsa y su casa aparece vacía y sin huellas. ¿Sabrá el país de su existencia ya y estaría bajo el programa de proteccion de testigos? ¿O habría presenciado algo que no debía?