Alan es el tipo de tío que cualquiera habría imaginado que se convertiría en policía: es duro, parco en palabras y tradicional. Es un buen marido y un padre devoto de sus hijos. Haría cualquier cosa por su familia y hace un gran equipo con Fiona. Sabe que, probablemente, su mujer podría llegar más lejos que él en la Policía y es feliz ahora que ella se queda en casa con los niños y él es el único sustento de la familia. El día de la desaparición de Hattie, afirma haber tenido un altercado laboral con otra joven. ¿Está diciendo la verdad?